miércoles, mayo 09, 2007

Rodrigo Cisternas, PRESENTE

Nuestro homenaje: construir y avanzar en la alternativa popular

Los sucesos ocurridos durante los últimos días en relación al asesinato de Rodrigo Cisternas han suscitado la más pura indignación, rabia y tristeza en lo profundo de todos quienes vivimos día a día en lo que, aunque a muchos les pese, es la misma trinchera del compañero asesinado. Levantar la voz frente a estos sucesos y ejercer la más dura condena a los responsables y la crítica a quienes, o por pronunciamiento o por omisión, resultan cómplices, no es sólo un deber, es una necesidad que pasa más allá de la mera denuncia contingente. No es solidaridad exterior con los que luchan, es sentirnos parte de ellos y vivir la pérdida de un trabajador que lucha como lo que es (o debería ser), o sea, una pérdida, un atentado en contra de todos nosotros. Alzar la voz contra este hecho en particular es también alzar la voz contra una totalidad de opresiones que tan sólo se han extremado en este repudiable actuar de carabineros. Esto demuestra que en “democracia” los conflictos se dan en un marco de diálogo y tolerancia hasta que se rompen los límites de una definición de tolerancia muy acotada: la impuesta por el capital. Luego, pareciera ser que “todo vale”.
    La condena y la crítica a lo acontecido pasa por varios puntos e instituciones implicadas. Partamos por revisar las condiciones que llevaron a la huelga:
    Una somera revisión de algunos datos evidencia lo extremo de las condiciones en las que se tenía a los trabajadores y lo desproporcionado de la ambición acumuladora de los empresarios forestales: Mientras los sueldos de los choferes bordeaban los 64 mil pesos mensuales, los de los motosierristas 45 mil, y los paleros 40 mil; Forestal Arauco tuvo una ganancia neta de $619.000.000 dólares durante el año 2006, lo que es, 2 millones de dólares diarios en utilidades. No hace falta comentar la evidente desproporción, además de lo profundamente inhumano de los sueldos.
    Frente a esto, no resultan ni descabelladas ni exageradas las demandas de los trabajadores: Una jornada laboral de 45 horas a la semana (que no es otra cosa que exigir que se respete la ley), un reajuste salarial de acuerdo a la ganancia neta de la empresa (40%) y la negociación colectiva intersindicatos entre trabajadores contratados y subcontratados.
    La reivindicación que los trabajadores forestales de la región del Bio-Bio levantaron no la debemos entender, asimismo, como la reivindicación de un sector aislado de la sociedad. La incapacidad de un sueldo mínimo que no opera imperativamente como tal, afecta a trabajadores inmersos en todas las áreas del trabajo. No hay que mirar muy lejos, muchos de los estudiantes que trabajan saben y sufren esta realidad.
    Por otro lado, es necesario decir que no se pasa por alto el hecho de que el asesino acá es un aparato estatal. No es menor que esto ocurra en democracia, no es menor que esto ocurra en un gobierno que se dice ciudadano. No es menor que luego Belisario Velasco y el gobierno le baje el perfil a la situación entendiéndola casi como circunstancial, cuando los carabineros operaron con subametralladoras UZI, es decir, operaron con armas que no son las armas de servicio, lo que evidencia una orden superior de fondo.
    Asimismo, si bien la CUT y la FECH condenan lo sucedido, es cuestionable el modo de operar. No se posicionan como actor social, no se produce una movilización fuera de lo casi testimonial e identitario. El Presidente de nuestra federación “marca tarjeta” con un artículo en la página web de la FECH. Es difícil que no nos indignemos cuando es asesinado un luchador y nuestras dirigencias no hacen sino una condena simbólica obviando el hecho de que la única manifestación realmente importante se da en el plano de la movilización social.
    Por eso, no podemos limitarnos al mero testimonio o al lamento. Debemos materializar nuestra indignación en movilización, movilización sectorial por un lado, pero sobretodo, movilización social de todos los sectores que en última instancia conforman uno. Luchar por un sueldo mínimo digno, luchar por que se castigue a los culpables. Exigir la renuncia de Belisario Velasco, cómplice y legitimador de lo sucedido.

viernes, abril 06, 2007

Proyecto JGM: Por un nuevo trato con el Estado, a ejercer y construir poder estudiantil

Mientras se agudizan los conflictos al interior de la coalición política gobernante, mientras la derecha afila los colmillos tras cada tropiezo de Bachelet y su grupúsculo de asesores, nuevamente vemos amenazado uno de nuestros derechos más preciado: la educación pública. Es así como se consolida su privatización, con un proceso silencioso llevado a cabo a través del engaño, la desinformación y la violencia policial. Pero a pesar de esto en las distintas universidades, colegios y liceos, los estudiantes dignamente continuamos luchando por el derecho a una educación igualitaria y de calidad.
En la Chile llegó un nuevo rector, con aires progresistas, pero que se sustentan en su alma liberal y tecnócrata. Víctor Pérez nos habla de modernización y de calidad con la calculadora y el cheque en la mano. Su nuevo pacto con el Estado no significa nada más ni nada menos que una administración más eficiente del negocio en que se ha transformado la educación.
Nuevamente las lógicas perversas que reinan en nuestro alicaído pero astuto modelo, atacan a la casa de bello. De la mano del autofinanciamiento y el ataque a todos los estamentos de nuestra universidad se plantea, con aires de grandeza y excelencia, un nuevo plan de modernización del Cámpus Juan Gómez Millas.
Este proyecto denominado “Revitalización de las Humanidades, las Artes y las Ciencias Sociales y de la Comunicación en la Universidad de Chile”, pretende a través de una suma de 60 mil millones, modernizar la infraestructura y la administración académica, estudiantil y funcionaria. Un plan que a primera vista parece ser un paso adelante en las pretensiones de calidad necesarias para la educación pública, esconde en su origen la esencia de un punto de vista privatizador y mercantil. Son 60 mil millones de los que la “U” pondrá 33 mil millones de la siguiente manera: 9.552 millones vendiendo propiedades, 5 mil millones mediante préstamos bancarios, 9.500 millones por la concesión de un estacionamiento subterráneo a construir y 5.500 millones enviados desde rectoría. También se proyectan alzas en la plaza de matrícula y quizás, en los aranceles. Además de esto se plantea la desvinculación y flexibilización laboral en académicos y funcionarios.
Por lo tanto, los que pagan el costo de esta mal intencionada modernización somos los que sustentamos la vida universitaria, pero que nos vemos excluidos de procesos democráticos y efectivos de participación, los mismos que vivimos en los hilos de la incertidumbre ante una alza más de aranceles o al ataque constante de los trabajadores de nuestra universidad.
Es por esto que nuestra apuesta debe enfocarse a aglutinar todas las exigencias y demandas históricas y enfocarlas en la construcción de un nuevo trato con el Estado, proceso que se oriente desde los estudiantes y demás estamentos a recuperar el carácter público de la educación. Un sistema público de financiamiento, calidad e igualdad en la enseñanza, contenidos que superen el pensamiento único que reina en nuestras aulas y una participación realmente democrática y efectiva de los estamentos en las decisiones de la universidad.
Este nuevo trato con el Estado debe nacer de nuestras más mínimas necesidades y debe ser orientado a la crítica del modelo en conjunto, llevando esta lucha más allá de las cuatro paredes de nuestra universidad, situando la problemática como tema nacional.
Es así como planteamos la necesidad de definir hacia donde concentrar las energías (en acumular fuerzas estudiantiles como actores sociales relevantes del destino del país). A la vez entendemos la relevancia de conseguir victorias reales en las luchas emprendidas; sin embargo recalcamos la importancia de poder enmarcar este proceso de acumulación de tareas de más largo aliento, es decir entender las demandas estudiantiles, el nuevo trato con el Estado, dentro de un cuestionamiento global hacia las contradicciones del modelo de los ricos y poderosos.
Nuestros métodos no pueden sustentarse en recetas preconcebidas, no podemos declarar a tontas y a locas paros o tomas de dependencias sin antes movilizar las fuerzas en la agitación de las e ir construyendo por todos lados organización estudiantil. Pero a pesar de esto entendemos la necesidad de movilizarnos, de presionar al gobierno, de salir a las calles a manifestar nuestro descontento, el cual debemos encausar en organización y construcción de poder estudiantil. Por esto:


Ahora más que nunca...
Organicemos el descontento, construyamos poder estudiantil

jueves, marzo 29, 2007

Lo que dijo la prensa.

La Tercera: "Espectacular tiroteo ocurrido en la población Villa Kennedy a las 19;45".

La Nación:"...Los dos delincuentes asaltaron un negocio, huyendo. Al ser interceptados por la policía, se produjo el enfrentamiento a balazos".

La Tercera:"...el trío, armado de revólveres, intentó asaltar un negocio siendo sorprendido por carabineros..., Los frustrados asaltantes reaccionaron, produciéndose un breve baleo en el que fue herido el cabo M. Muñoz. Perseguidos, fueron acorralados en el interior de la Villa, produciéndose un nuevo tiroteo, en el que resultaron muertos dos delincuentes y herido el tercero".

La Cuarta: "...Los dos delincuentes asaltaron un negocio en la Villa Kennedy, huyendo: Al ser interceptados por la policía, se produjo el enfrentamiento, a balazos".

El Mercurio: "...El cabo Muñoz Cifuentes conminó a detenerse a la pareja de hermanos, quienes mostraban una actitud sospechosa. Como única respuesta a la orden, uno de los sujetos extrajo un revólver de cañón corto y disparó, hiriendo al suboficial en el tórax. Otros integrantes de la patrulla iniciaron la persecución de los individuos, la que culminó diez minutos después, produciéndose un nutrido intercambio de disparos entre los representantes del orden y los delincuentes subversivos, que culminó con la muerte de los dos sujetos".

Las Ultimas Noticias: "... Carabineros informó que (os hermanos abatidos, juntó a un tercer sujeto, intentaban asaltar un establecimiento comercial. En el intercambio de disparos resultó herido un carabinero recibiendo dos disparos: uno en una pierna y otro en el hombro derecho".

La Juventud Combatiente hoy



El 29 de marzo se conmemora el Día del Joven Combatiente en memoria a Eduardo y Rafael Vergara, pero también por Ariel Antonioletti, Daniel Menco, Alex Lemún, Claudia López y cuantos jóvenes que, por hacer de su vida un continuo compromiso de lucha, el Estado ha asesinado en esta democracia hecha a la medida de los que tienen riquezas y poder.
    Así como los Vergara Toledo fueron llamados delincuentes, no es de extrañar que sean nombrados del mismo modo todos y todas los que día a día se esfuerzan por construir una alternativa al orden actual. Que la gente se organice molesta a los poderosos, pues saben que a un pueblo organizado no se le podrán seguir negando sus derechos para que ellos sean privilegiados. Delincuentes ellos que viven a cuesta del robo silencioso del trabajo de miles, que de nuestra educación hicieron un negocio…
    No se trata de parar un día para levantar cantos de honor y gloria a los caídos, sentándonos a pensar cómo ser lo más idénticos posible a los Vergara Toledo, sino que todos y cada uno de nosotros mire alrededor suyo con detención para darse cuenta que la explotación, dominación y opresión existen no causando problemas en las lejanías de algún lugar del mundo, sino que en nuestras propias vidas, universidad, barrio y familia. Para a partir de esa conciencia constituirnos en personas activas, que con creatividad van trazando en la práctica las sendas libertarias del pueblo.
    Ser hoy joven combatiente no es identificarse con tal o cual sigla izquierdosa, es nada más pero tampoco nada menos que asumirse como actor o actora de nuestra historia dispuestos a ser, desde dónde nos encontremos, constructores de una sociedad donde todas las personas crezcan, vivan y se desarrollen gozando a plenitud de su humanidad. Para ello, la militancia política es sólo uno de los tantos caminos posibles. Por eso es que el 29 de marzo lejos de ser un día para que los y las militantes hagan sus rituales característicos, es un día para que todos y en nuestra particularidad, nosotros los y las estudiantes nos reunamos para re-afirmar nuestra voluntad de lucha por una nueva educación y sociedad.

miércoles, marzo 21, 2007

Semillas mechonas

Hola, en estos días te estas matriculando o ingresando a tu primera semana de clases como estudiante de la Universidad de Chile, este boletín que tienes ahora en tus manos tiene como objeto darte la bienvenida a la “U” y al mismo tiempo presentarnos.
    Somos el colectivo Ara (no es una sigla, se refiere a la palabra arar), nuestra organización esta compuesta por estudiantes de distintas facultades (Arquitectura y Urbanismo, Ciencias, Sociales, Cs Físicas y Matemáticas y Humanidades), y la razón que nos motiva a organizarnos esta profundamente relacionada con el deseo de que en nuestro país todas las personas puedan crecer, vivir y desarrollarse gozando de cada uno de sus derechos en plenitud (salud, educación, vivienda, esparcimiento, trabajo digno).
    Nos definimos como una organización política de estudiantes de izquierda y en tanto somos estudiantes, y lo somos en la Universidad de Chile, no podemos dejar de reconocer el enorme “privilegio” que es “ser estudiante universitario” en nuestro país; y es sobre este privilegio que tratan estas páginas que hoy queremos compartir contigo.
    El año pasado probablemente fuiste uno más de los estudiantes que se movilizó en sus colegios y liceos por el cambio de la LOCE, la gratuidad de la PSU, eliminación de la jornada escolar completa y el pase escolar las 24 horas del día todos los días de la semana. Por lo tanto debes estar conciente de las tremendas desigualdades que existen en Chile, y que pese a las Becas PSU que el ministerio entregó el año pasado, los resultados de la Prueba igual mostraron una vez mas que los mejores puntajes siguen estando en los colegios particulares (salvo las excepciones de siempre como el Instituto Nacional, el liceo 1, etc.) y que el problema va más allá de poder dar o no la PSU.
    Estás entrando a la Universidad con mayor antigüedad, y quizás prestigio, es verdad. Pero tal como la educación en nuestro país necesita ser transformada desde su raíz, ahora como estudiante de la Universidad de Chile debes estar conciente aquí existen problemas tanto locales como repercusiones de los problemas globales. Facultades perdidas en el tiempo y autoritarismo académico, negocios truchos y personas que usufructúan de la universidad pública se combinan con la segregación general del mercado universitario, el gran reproductor de las desigualdades de nacimiento.
    Hasta el año 80 existían en Chile sólo Universidades Estatales (entre ellas la U. de Chile y sus sedes regionales) además de 4 Universidades Privadas que recibían aporte estatal (la UC, Austral, U. de Concepción y la Federico Sta. María), todas ellas poseían una misión pública, apuntando a generar, compartir y extender a la sociedad, el conocimiento que producían.
    A partir de los 80 la Educación Superior se define como un Mercado productivo más, en el que las Universidades tienen que competir por sus clientes. Esta nueva definición consto de tres grandes ejes:

1 La U. de Chile fue separada de sus sedes regionales y del Instituto Pedagógico. Por esto, al interior de la U. de Chile, dada la competencia, se perdió la relación académica con el conocimiento generado en regiones, deteriorándose así el desarrollo de nuestro país. Además, viéndolo por lado económico, fue nuestra Universidad la que asumió los costos administrativos que esta división generó, naciendo así la famosa deuda histórica que aumenta todos los años y aún no se puede solventar. Así mismo, las sedes regionales también cayeron en manos de los prestamistas, ya que necesitaron mucho dinero para poder crear nuevas carreras que fueran competitivas en el mercado nacional: Ingenierías, Derecho. Medicina, etc…. (siendo que no estaban preparadas ni académica ni infraestructuralmente).

2 Disminución del Aporte Estatal a Educación Superior y Cobro de Aranceles. Antes del 80 la U era gratuita, luego del 80, los aranceles han ido aumentando cada vez más, debido a que la universidad, luego de estas medidas, ha tenido que autofinanciarse de alguna manera. Y estos aumentos en los aranceles, conforman cada vez una barrera más alta para que los estudiantes de menores recursos puedan estudiar; y más aún, los sistemas de créditos creados por la U no solucionan el problema y caen rápidamente en crisis, y además, por otro lado, nuestras intenciones de estudiar se presentan como un suculento manjar para la banca privada.

3 La creación de Ues privadas, lo cual ha masificado increíblemente la oferta y consecuentemente, aumentado la competitividad, pero no en términos académicos sino más bien en términos de imagen (o sea, al igual que todas las mercancías en el mercado)

4 No olvidemos también la municipalización de los liceos a mediados de los 80 y la promulgación de la LOCE, marco institucional actual de la educación mercantil, en marzo del 90, un día antes de la vuelta a la “Democracia”. El campo Universitario ha convertido vertiginosamente su autonomía científica en dependencia empresarial en un doble sentido: tanto en contenido como en sus formas. En contenido, en la medida que el auto-financiamiento estrangula la capacidad de la ciencia y la Universidad de preguntarse, sometiéndola a las necesidades del mercado. En forma, en la medida que los mecanismos de ingreso así como los siempre estelares aranceles han convertido la ley de la sabiduría y las preguntas en la ley de la oferta y la demanda.

    A fines del 2006, desde Rectoría y Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional de nuestra U, se anuncia la creación de 321 cupos adicionales para el 2007 (incremento de 8% c/r al 2006). A su vez, se comunicó la proyección de un alza de los aranceles de nuestras carreras que se ubica entre el 5% y el 10%, según la facultad. ¿Las razones que lo justifican? El sumar más matrículas sería para acoger la mayor demanda por educación superior producida por el aumento de postulantes, dadas las 155 mil becas para rendir la PSU que el gobierno extendió luego de las masivas protestas estudiantiles del 2006. Lo segundo, se explicaría por la necesidad de percibir más recursos, que hoy por hoy escasean, para desarrollar una educación superior de calidad en nuestra casa de estudios.

El rector Víctor Pérez se muerde la cola

No obstante, ambas disposiciones decretadas, a la luz de sus declarados objetivos, se contradicen. Por un lado, las autoridades abrirían generosamente sus puertas para recibir a los nuevos estudiantes, así su intención sería abrir la posibilidad de que ingresen de entre los 321 jóvenes de incremento adicional, personas que antes por su condición económico-social no podían rendir la PSU. Por otra parte, alzando aranceles estrecha las probabilidades de que esos estudiantes que busca captar logren terminar sus estudios por problemas de financiamiento. De modo que, el próximo año habrá más compañeros buscando materializar sus expectativas de desarrollo, pero también encontrarán más dificultades para concretarlas.

El problema de fondo

En marzo del 2006, entró en funcionamiento el nuevo democrático Estatuto de la Universidad de Chile, el cual si bien tiene serias limitaciones, al menos tiene como idea fuerza la instalación de una normativa que amarre el ejercicio de un gobierno democrático-participativo. Los decretos lanzados por rectoría atacan, por lo tanto, el espíritu de los nuevos estatutos, pues no se consideró al estamento estudiantil en la toma de decisión. Que Víctor Pérez pueda hoy decretar cosas tan importantes e influyentes sin si quiera consultar a los estudiantes, significa que él no es tan democrático como se hacía ver cuando de temas realmente gravitantes se trata y que nosotros los estudiantes, hemos sido incapaces de hacer saber a nuestras autoridades que si las decisiones se toman a espalda de nosotros, estas no van para nadie. No hemos sabido construir y exigir una real democratización de la institución.
    El autofinanciamiento universitario impone presiones para que los ingresos que necesita para funcionar, sean cada vez más provenientes de los bolsillos de los hogares de sus estudiantes y de actividades económicas realizadas por las unidades académicas (consultorías, asesorías, etc.). En cifras aquello: en el periodo 1998 – 2005 la suma entre Aporte Fiscal Directo (AFD), Aporte Fiscal Indirecto (AFI) y otros importes menores por parte del Estado, en términos porcentuales sobre el presupuesto anual se redujo en un 15%. La universidad necesita más de vender productos al mercado y del cobro de aranceles, para poder seguir funcionando.
    La experiencia indica que el autofinanciamiento pone a las universidades públicas en una encrucijada: bajan de calidad para rebajar costos de mantenimiento o se elitizan intentando frenar un poco la baja de calidad. Las consecuencias de optar la primera opción ya se están comenzando a hacer notar, universidades como la Arturo Pratt, de Los Lagos, UPLA y UTEM han sufrido el rechazo de su acreditación institucional, o sea, se les considera oficialmente por debajo de los estándares mínimos de calidad. La segunda opción es la que comenzamos a notar de a poco en nuestras aulas.
    Ante ese escenario, los estudiantes debemos acudir a nuestra mejor arma: la organización. Es necesario que nos informemos, discutamos y decidamos acciones tendientes a frenar el proceso que está en andas. Es urgente analizar las posibilidades reales de superar la situación actual de autofinanciamiento universitario y progresiva elitización. A su vez, esta es una lucha que debe proyectarse hacia los otros estamentos, pues ahí residen amplios sectores honestos que piensan que se debe re-construir el carácter público y de excelencia de las universidades. Quizás, podríamos distinguir objetivos de corto y mediano plazo, es inmediato parar las alzas e implementar en nuestros espacios locales vías alternativas de financiamiento (el cobro de impuesto a las consultorías externas que operan en la facultad, es un ejemplo). A mediano plazo hay que diseñar estrategias de organización que permitan romper con el autofinanciamiento y la elitización, avanzando hacia una educación igualitaria. Está en nuestra capacidad de organizarnos, golpear y proponer alternativas viables, la posibilidad de cambiar la situación actual, no dejemos que la inercia nos consuma.
    Ante ese escenario, los estudiantes debemos acudir a nuestra mejor arma: la organización. Es necesario que nos informemos, discutamos y decidamos acciones tendientes a frenar el proceso que está en andas. Es urgente analizar las posibilidades reales de superar la situación actual de autofinanciamiento universitario y progresiva elitización. A su vez, esta es una lucha que debe proyectarse hacia los otros estamentos, pues ahí residen amplios sectores honestos que piensan que se debe re-construir el carácter público y de excelencia de las universidades. Quizás, podríamos distinguir objetivos de corto y mediano plazo, es inmediato parar las alzas e implementar en nuestros espacios locales vías alternativas de financiamiento (el cobro de impuesto a las consultorías externas que operan en la facultad, es un ejemplo). A mediano plazo hay que diseñar estrategias de organización que permitan romper con el autofinanciamiento y la elitización, avanzando hacia una educación igualitaria. Está en nuestra capacidad de organizarnos, golpear y proponer alternativas viables, la posibilidad de cambiar la situación actual, no dejemos que la inercia nos consuma.

BLOQUE SOCIAL POR LA EDUCACIÓN, LÍMITES Y PERSPECTIVAS

A partir del Consejo Asesor Presidencial surge la idea de poder crear una iniciativa que sea capaz de plantear una propuesta unificada de los actores sociales de la educación, en paralelo al consejo asesor, pero participando también en este. Es así como nace el Bloque Social por la educación, que en palabras de sus creadores: “no debe funcionar sólo para trabajar en conjunto a la institucionalidad dada por el Gobierno de turno, la ciudadanía organizada al alero de los diversos movimientos sociales debe hacerse parte activa de la construcción de políticas públicas en todos los aspectos, para poder así levantar la voz en conjunto sobre los diversos cambios que requiere nuestra sociedad” [1].
    Por lo tanto la función del Bloque social, será poder crear a través de la participación de la ciudadanía, una propuesta que contenga un eficaz análisis de la crisis educativa de nuestro país y que pueda formular soluciones serias dentro de los límites que permite su acción.
    De esta manera las reuniones y conversaciones de los miembros del bloque social han sabido establecer 3 principales problemas de la educación chilena actualmente: Crisis de la calidad, crisis de la inequidad y crisis de segmentación en las escuelas, las cuales son causadas por una constitución autoritaria, un sistema de administración municipalizado y un modelo de financiamiento basado en la competencia mercantil.
    Desde esta óptica es que podemos ver como esta iniciativa ha sabido posicionar una discusión dentro de los actores sociales involucrados (en su gran mayoría sólo a sus capas dirigenciales) y los ha ido preparando, tanto en aspectos técnicos como de negociación. Desde acá es un acierto, ya que significo una salida (limitada por tener una doble maniobra, en lo establecido y en lo alternativo) a la errónea participación en un consejo asesor, que más que buscar soluciones a la crisis de la educación a significado una manera efectiva de controlar el conflicto y coaptar la lucha social, como tan bien lo hicieron las mesas de negociación en otras versiones de gobiernos concertacionistas [2]. Pero tampoco a sabido ir construyendo la unidad efectiva de los sectores involucrados en el educación, es decir nuevamente no a superado la coyuntura teniendo una muy baja participación en ciertos congresos locales (en algunos territorios no hubo participación) que se pretendía sintetizaran ciertas propuestas ciudadanas a lo que se une la división dentro de sus filas luego de que sectores de secundarios tomaran una postura contraria a otros sectores del bloque, por encontrar ineficiente e inoperante al consejo asesor desde sus inicios [3].
    Por lo tanto la crítica debería ir enfocada a los límites que le impone su constitución coyuntural, lo que nos hace plantearnos la siguiente pregunta: ¿por qué las dirigencias tanto de los profesores como de los universitarios (gestores de esta iniciativa) no fueron capaces de proponer anteriormente instancias parecidas al bloque social que cuestionaran, incluso la estructura del orden social que impera en nuestro país? Existen múltiples respuestas desde la óptica que se mire, sólo es claro que al pretender desenmascarar conspiraciones o maniobras políticas no llegaremos a ni un lado (ya que sabemos que lamentablemente muchas veces las organizaciones de izquierda se mueven dentro de estos términos), lo mejor seria remediar estas problemáticas atacando sus limitados objetivos y posicionando una instancia más democrática que supiera superar los limites coyunturales y las discusiones que propone (y direcciona) el gobierno.
    Por ejemplo seria una muy buena medida cambiar la forma en que se comunican los dirigentes de cada sector con sus bases, haciendo parte de las discusiones a estos, ya que vimos que este año (dentro de nuestra universidad) se decidió todo lo discutido, fuera de asambleas locales o foros que explicaran la necesaria lucha por una educación pública, digna y de calidad y que fomentara la organización estudiantil como un paso en la recomposición de un movimiento capaz de posicionarse como actor activo, critico y conciente. Contrariamente a lo esperado se discutían los temas en las oficinas de algunas organizaciones políticas que han posicionado a sus militantes como dirigentes.
    Aparte de esto último, que pretende ser un aporte a la discusión, es necesario que el bloque social o una instancia con su misma esencia, sea capaz de posicionarse como una plataforma capaz de discutir y proponer, pero a la vez de llevar a la acción a los actores sociales involucrados. Ya que como un ejemplo palpable, vimos que la movilización secundaria, con altos grados de participación y con niveles de discusión bastante elevados, puso en jaque a un gobierno que para muchos, incluso compañeros de lucha, tiraba para progresista, pero que se quedo estancado en su objetivo principal, es decir administrar un sistema desigual, excluyente y muy poco democrático capaz de disfrazarse de lo que sea para mantener la tan necesaria gobernabilidad de los poderosos.

¿Qué pasa con la Fech? 100 años después de su fundación

Trescientos veinte y ocho alumnos marcaron la diferencia en las últimas elecciones FECh; no entre la primera lista y la segunda, sino que entre alcanzar el quórum o no. Esto deja de ser algo coyuntural si revisamos la progresión de los quórum alcanzados: 2003 è 54,8%; 2004 è 46,5%; 2005 è 42,6% y 2006 è 41,6. La FECh se ha ido quedando progresivamente vacía a 12 años de su refundación y a 100 años de su fundación.
    Fue este último hito que la actual dirigencia, Izquierda Amplia, que inicia este año su tercer año en la presidencia de la federación, intento articular como el eje de la construcción estudiantil entendiendo que se marcaban cien años de incidencia de la juventud en el país y la política. Sobadas de lomo entre la clase política que no puede esconder ni un estudiantado de la Chile cada vez más apático, ni 80 millones en perdidas en el super mega hiper cachilupi concierto en el Estadio Nacional.
    Más allá de las propuestas y discursos, la FECh vive un momento de crisis que podría significar su desaparición en el mediano plazo; paradójicamente, es una de las Federaciones con más plata y tribuna mediática. Resulta irónico que frente al arrojo de muchachos de provincias y otras universidades de santiago o incluso de los mismos secundarios, sea la FECh quien muchas veces despierte el interés de la prensa.
    Es la contradicción en la que ha estado inserta la FECh; universidad de privilegio de donde salen muchos de los cuadros estatales que permiten el mantenimiento de la dominación, y un espíritu laico, pluralista y, quizá progresista que le permite ser también una voz de discordancia frente a tanta pasividad.
    ¿Cuál es el futuro de la FECh y de la universidad? Hay, esquemáticamente, dos caminos: el camino de la excelencia académica entendida en patrones de mercado que necesita de una mayor, si esto es posible, elitización de la casa de bello y una FECh gerencialista, o una reconfiguración democrática del acceso y los contenidos impartidos que permitan a amplios sectores sociales, trabajadores y sus sindicatos, pobladores y sus organizaciones por vivienda y salud, organizaciones mapuches etc.… en fin, aquello que nos gusta llamar pueblo, invada y revolucione estos, hoy día, grises y amargos pasillos.
    Te invitamos a informarte, opinar, debatir y participar.


[1] Documento: “Bloque social por la Educación: quiénes somos y hacia dónde vamos”
[2] La participación o no participación en el consejo asesor debió haber sido una discusión anterior a su constitución y no posterior, ya que ha limitado mucho los argumentos para cada una de las partes.
[3] Dentro de los estudiantes podemos establecer tres posturas respecto al consejo asesor: mantener la participación, ya que esta significa un avance en la discusión y la solución de las problemáticas educacionales, aparte de una participación en el bloque social; mantenerse dentro del bloque social y mantener una participación casi formal y protocolar (ya que se considera ineficiente el consejo asesor, además de ser un recurso de manejo político del gobierno) con el consejo asesor, privilegiando el trabajo territorial y local en colegios, generando nuevas perspectivas de organización y discusión critica; y por último un sector que desconfía de ambas experiencias, rechazando ciertas posiciones tácticas de sectores del bloque sin saber generar un solución paralela a ambas iniciativas.


lunes, noviembre 20, 2006

COLETAZOS DEL AUTOFINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO: alza de aranceles y matrículas.

El recién llegado rector Pérez, en conjunto a la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional, anunciaron el 10 de noviembre, la creación de 321 cupos adicionales, correspondientes a un incremento en un 8%, para el año 2007 en los programas de pregrado impartidos por la Universidad de Chile. A su vez, se comunicó la proyección de un alza de los aranceles de nuestras carreras que se habla se ubicaría entre el 8% y el 10%. ¿Las razones con las que la rectoría justifica tales acciones? Para sumar más matrículas dicen que la iniciativa busca acoger la mayor demanda por educación superior producida por el aumento de postulantes, efecto de las 155 mil becas para rendir la PSU que el gobierno extendió luego de las masivas protestas estudiantiles del primer semestre. Lo segundo, se explicaría por la necesidad de percibir recursos, que hoy por hoy escasean en la universidad, para desarrollar una educación superior de calidad –que aparecía como unos de sus ofrecimientos principales en la campaña que lo llevó a ocupar el puesto actual- en nuestra casa de estudios.



Víctor Pérez se muerde la cola.



No obstante, ambas disposiciones decretadas, a la luz de sus declarados objetivos, se contradicen. Por un lado, las autoridades universitarias en muestra del espíritu progresista e igualitario que impregnaría la educación superior pública, abrirían generosamente sus puertas para recibir a los nuevos miembros de las jóvenes generaciones que vienen más numerosas que nunca antes. Así su intención sería abrir la posibilidad de que ingresen de entre los 321 jóvenes de incremento adicional, personas que antes por su condición social no podían rendir la PSU sin mediar malabares económicos en sus hogares. Por otra parte, alzando aranceles estrecha las probabilidades de que esos estudiantes que busca captar –entendiendo que en la realidad son otras las universidades que acogen a ese tipo de estudiantes, por el hecho de que los altos puntajes no están generalmente asociados a bajos recursos- logren terminar sus estudios por problemas de financiamiento, o bien les constriñe a hipotecar un 8% o 10% más que hoy su vida en pos de quizás alcanzar en el futuro un mayor bienestar material que el que ha tenido en su familia. De modo que, el próximo año habrá más compañeros buscando materializar sus expectativas de desarrollo, pero también encontrarán más dificultades para concretarlas.

    Probablemente, las autoridades analizan que las otras universidades también aumentarán los cupos disponibles, por lo que la Universidad de Chile más que apuntar a un sector empobrecido, está apostando a capturar la mayor cantidad de altos-puntajes-altos-ingresos, lo que se refuerza con el mayor valor de los estudios. De manera que, son las universidades de regiones, algunas privadas, la USACH, la UTEM y la UMCE, las que como siempre asumirán mayormente en sus filas un contingente, ahora engordado, de estudiantes endeudados hasta el cuello.



Las consecuencias de las alzas.



La decisión de aumentar el número de matrículas no se precede por ningún estudio acerca de la evolución del mercado laboral en el país, mucho menos de las necesidades profesionales y científicas que enfrenta actualmente para su desarrollo. En la universidad se están haciendo las cosas a ciegas, consecuencias: arbitrariamente se decide subir parejo un 8% de cupos en cada una de las carreras, como si se estuvieran requiriendo el mismo número de profesionales médicos que periodistas y psicólogos. De modo que en aquellas áreas donde hay déficit de recursos humanos capacitados, no se diseñarán políticas para revertir la situación (como sería el caso de las carreras del área salud en Chile) y donde hay un exceso, el próximo año se generaran más futuros cesantes ilustrados, seremos más los que veremos frustradas nuestras esperanzas y como recuerdo de ellas, tendremos una abultada deuda que cancelar.

    Por ejemplo, un estudio del Departamento de Educación de la Universidad de Chile muestra que la profesión de periodista registraba en el año 1982 un total de 1.235 egresados. En 1996 este universo aumentó a 3.504 profesionales y volvió a crecer en el año 2002, ascendiendo a 7.892 comunicadores. En el 2006 se estima que hay más de 10 mil profesionales esperando encontrar trabajo. En el caso de los psicólogos, los antecedentes indican que mientras en el año 1996 el universo ascendía a 3.760, en el año 2006 esta cifra se había más que triplicado, bordeando los casi 10 mil. Botones de muestra de lo irracional que llega a ser el mercado como mecanismo de regulación de la educación superior universitaria. Y lo más impresionante, el señor Pérez parece no considerar aquellos datos recopilados en la misma casa de estudios que dirige, actuando de una manera nefasta.

    Como si fuera poco, tampoco se ha considerado el estado de la infraestructura que disponemos. Existen planteles que tienen serios problemas para acoger nuevos estudiantes en condiciones que aseguren un desarrollo integral de éste, que no esté mediado por sus condiciones de origen o de clase (tener o no computador en casa, tener o no una vivienda donde se pueda estudiar, etc.): El Instituto de Asuntos Públicos amenaza con desmoronarse literalmente, mientras tanto, se les promete la construcción de otra sede en un lugar que aún no se ha aclarado (se baraja el Campus Juan Gómez Millas); el Instituto de Comunicación e Imagen (ICEI) se encuentra al borde del colapso por la llegada de estudiantes de la nueva carrera, cine y televisión, mientras que el nuevo edificio prometido se aplaza y aplaza por diversas razones; y en nuestra facultad, la sala de computación, la biblioteca y el número de salas disponibles, dejan mucho que desear. Por lo demás, puede ser que el aumento de las matrículas no se quede estancado, pues al menos en el ICEI las autoridades ya han manifestado que esto es parte de un plan de mayor extensión temporal.



Respecto a las alzas de aranceles, se plantean dos temas preocupantes: la morosidad y la elitización progresiva.



En nuestra universidad, existe un gran número de estudiantes morosos, esto es que han accedido a crédito para el pago de sus carreras, pero no han cancelado, por alguna razón, alguna o varias de sus cuotas. Se puede distinguir entre dos formas de estar en situación de morosidad: no pagar por no querer hacerlo a pesar de tener los recursos para ello y no hacerlo por imposibilidad económica, allí se concentra el grueso de personas, las cuales en su mayoría son parte del tercer y cuarto quintil (o sea eso que suele llamarse clase media), que actualmente no tiene acceso alguno a becas ni crédito completo a pesar de necesitarlo en gran parte de los casos. En este escenario, subir el valor de los aranceles es no hacerse cargo de esta realidad y apostar por hacer crecer el contingente moroso en la universidad.

    En el año 2005, de los 3823 alumnos que se matricularon en primer año de los programas de pregrado impartidos, 1518 venían de colegios privados (40%), 1585 de establecimientos particulares subvencionados (41%) y sólo 959 de colegios municipales (19%). En comparación a los años anteriores, cada año son menos los estudiantes de colegios municipales que entran a la universidad. Razones para explicar aquello hay de sobra: inadecuación del sistema crediticio y de becas actual, alza de aranceles como tónica constante de los últimos años, educación secundaria altamente segmentada donde la calidad se asocia a la capacidad de pago por el servicio, etc. A pesar de aquello y de la relamida consigna de que la U. de Chile es Universidad pública bla-bla-bla… los aranceles siguen en alza y no tímidamente: se habla entre un 8% y 10%, es decir, en carreras como ingeniería donde el arancel vigente es de $2.755.000, el año que viene sería ¡de $2.975.400 a $3.030.500!



El problema de fondo.



En marzo del presente año, entró en funcionamiento el nuevo democrático Estatuto de la Universidad de Chile, el cual si bien tiene serias limitaciones, al menos tiene como idea fuerza la instalación de una normativa que amarre el ejercicio de un gobierno democrático-participativo –obviamente dentro de los estrechos marcos que ellos permiten- para la gestión de una educación de calidad. Los decretos lanzados por rectoría atacan, por lo tanto, el espíritu de los nuevos estatutos, pues no se consideró al estamento estudiantil en la toma de decisión. Que Víctor Pérez pueda hoy decretar cosas tan importantes e influyentes sin si quiera consultar a los estudiantes, significa que él no es tan democrático como se hacía ver cuando de temas realmente gravitantes se trata y que nosotros los estudiantes, hemos sido incapaces de hacer saber a nuestras autoridades que si las decisiones se toman a espalda de nosotros, estas no van para nadie. No hemos sabido construir y exigir una real democratización de la institución.

    Sería pueril pretender que todo lo ocurrido obedece a la maldad de una persona en particular, si Pérez nos pone contra la pared, es porque a él y la universidad ya le han puesto la soga al cuello. El autofinanciamiento universitario impone presiones para que los ingresos que necesita para funcionar, sean cada vez más provenientes de los bolsillos de los hogares de sus estudiantes y de actividades económicas realizadas por las unidades académicas (consultorías, asesorías, etc.). En cifras aquello significa lo siguiente: en el periodo 1998 – 2005 la suma entre Aporte Fiscal Directo (AFD), Aporte Fiscal Indirecto (AFI) y otros importes menores por parte del Estado, en términos porcentuales de peso sobre la composición total del presupuesto anual se redujo en un 15%. Todo esto mientras la importancia relativa de los aranceles, ingresos propios y ventas de bienes y servicios, subía aceleradamente. La universidad necesita más de vender productos al mercado y del cobro de aranceles, para poder seguir funcionando.

    La experiencia indica que las constricciones económicas derivadas del autofinanciamiento ponen a las universidades públicas en una encrucijada: bajan de calidad para rebajar costos de mantenimiento o se elitizan intentando frenar un poco la baja de calidad. Las consecuencias de optar la primera opción ya se están comenzando a hacer notar, las universidades estatales Arturo Pratt, de Los Lagos, UPLA y UTEM han sufrido el rechazo de su acreditación institucional, se les considera oficialmente por debajo de los estándares mínimos de calidad. La segunda opción es la que comenzamos a notar de a poco en nuestras aulas.

    Ante ese escenario, los estudiantes debemos acudir a nuestra mejor arma: la organización. Es necesario que nos informemos, discutamos y decidamos acciones tendientes a frenar el proceso que está en andas. Para ello haremos lo que tengamos que hacer.

    Es urgente analizar las posibilidades reales de superar la situación actual de autofinanciamiento universitario y progresiva elitización, para ello hay que democráticamente poner en discusión las distintas propuestas históricas que ya existen e imaginar nuevas. A su vez, esta es una lucha que debe proyectarse hacia los otros estamentos, pues ahí residen amplios sectores honestos que piensan que se debe re-construir el carácter público y de excelencia de las universidades. Quizás, podríamos distinguir objetivos de corto y mediano plazo, es inmediato parar las alzas e implementar en nuestros espacios locales vías alternativas de financiamiento (el cobro de impuesto a las consultorías externas que operan en la facultad, es un ejemplo). A mediano plazo hay que diseñar estrategias de organización que permitan romper con el autofinanciamiento y la elitización, avanzando hacia una educación igualitaria. Está en nuestra capacidad de organizarnos, golpear y proponer alternativas viables, la posibilidad de cambiar la situación actual, no dejemos que la inercia nos consuma.


Alzan los aranceles, alzan las matrículas y ¿nosotros cuando nos alzamos?



- Colectivo Ara-.

martes, octubre 17, 2006

Sobre las nuevas tomas secundarias

Las nuevas tomas de colegios no son un capricho. La gente pensaba terminado el conflicto pues simplemente el gobierno había dado una respuesta, pero, ¿quién asegura la eficiencia de dicha respuesta? Del Consejo Asesor Presidencial no se debe esperar un gran consejo: no cuando integrantes suyos vienen a representar a los fundadores de la educación como negocio (aquello que llaman “la mercantilización de la educación”). Y por otro lado (realmente por otro lado), la LOCE no ha tenido razón para asustarse: los parlamentarios no se han pronunciado respecto a ella. Nada asegura que vaya a ser borrada.
    Las nuevas tomas de colegios, por esto, solo son un nuevo grito contra la educación de clases: mucho y buen conocimiento para los ricos de ayer, hoy, y mañana; poco y mal conocimiento para los pobres de ayer, hoy, y mañana. Las tomas asustan, pues la cotidianidad del negocio se ve interrumpida. El estudiante entendió que sólo ejerciendo poder las cosas pueden cambiar; por ello, repiten el grito.
    ¿Porque los que viven el peor lado de la educación debiesen asustarse con la prontitud de la prueba PSU? Pues, de todas maneras, con las condiciones de esta educación, aquellas que todos conocemos y que todavía se mantienen, se repetirán nuevamente los malos puntajes aquí, y los buenos puntajes allá, como se ve todos los años. Antes de repetir esto, mas honesto es protestar y, de paso, hacernos recordar la injusta realidad que se mantiene y se recrea todo los días. Siempre debemos recordar.
    Por eso, hacemos un llamado a la gente común y sencilla a provocar y vivir estos nuevos asaltos secundarios a la educación de clases. Participa y vive.

Contra sus reiterados y eternos engaños
a crear y agitar poder estudiantil

Colectivo Ara

domingo, octubre 15, 2006

Preguntas varias a partir de "Situación Política actual. Balances y Proyecciones..." de Bosco Camilo González

El presente articulo son algunas apreciaciones respecto al texto "Situación Política actual. Balances y Proyecciones…" escrito por Bosco Camilo González, miembro del Centro de Estudios "Investigacion y Cambio Social" (Escuela de Sociología, Universidad Arcis).



Preguntas varias a partir de Situación Política actual. Balances y Proyecciones... de Bosco Camilo González

Daniel Parra
Luis Silva

1. Introducción:

En el marco de la militancia revolucionaria actual son sin duda escasos los espacios que inviten a las discusión teórica-política sobre la realidad que decimos querer subvertir. El ámbito de la formación se asocia muchas veces a lecturas de los clásicos de la vertiente ideológica que se provenga (ácrata, marxistas, leninista, y un larguísimo etc...) lo que sumado a un rápido balance de las miserias y desigualdades de la sociedad chilena terminan por fomentar la convicción que la perspectiva adoptada es la correcta. Desde los “cabeza de polera” hasta los “cabeza de libro”se experimenta una marcada rigidez en el pensamiento intelectual de manera que teoría y realidad nacional parecen ser dos barcazas, a la deriva, que recorren trayectorias paralelas sin nunca poder cuestionarse la una a la otra. De esta manera no es posible establecer ciertos preceptos teóricos que nos permitan hacer una constante relación con lo que es la práctica política, las herramientas y los métodos de lucha. Por ejemplo, se crítica a la teorización estéril y a la vez al practicismo, y no se funde el análisis teórico e ideológico con la practica revolucionaria para avanzar de una vez por todas en un proyecto político serio. Sólo es posible el diálogo teórico entre la izquierda de manera que sea constructivo y no por el mero hecho de deslegitimar a una organización, por otro lado todos los análisis deben salir desde la realidad en donde se desenvuelve la actividad militante. Es así como es infructífero la critica teórica por teorizar o la negación de la discusión por encontrarla estéril al alero del “practicismo concretista”. Y todo esto significa no reducir la práctica política a la actualización inmediata, a “la política del día”, o al espontaneísmo y el pragmatismo, sino que apelar a construir los elementos que nos posibiliten las tareas fundamentales en términos estratégicos y no solamente al obtener “hechos concretos” para conseguir resultados políticos tangibles e inmediatos, algo así como esa “pequeña política” de la que nos habla Gramsci Es en este marco que vale la pena erigir una respuesta a lo que se plantea en Situación Política actual. Balances y Proyecciones... del compañero Bosco Camilo González que recibiéramos en el correo electrónico de la organización en la que participo[1].
    La primera impresión que produce el documento es el de un intento serio de profundizar en los aspectos que los militantes dejamos normalmente en la superficie; lamentablemente, esta impresión desaparece al recorrer el texto quedando sólo la confianza en la buena voluntad del compañero. Sin duda no basta con algunas referencias históricas y la presentación de algunos temas para dar cabida a una propuesta política seria; esta necesita de una clarificación teórica y de una profundidad en el análisis del contexto que la acompañe. Como creemos que esta propuesta será la construcción colectiva de actores sociales creemos necesario plantear nuestro punto de vista puntualizando ambos ámbitos: i) explicitando los presupuesto y voluntades ideológicas y ii) profundizando y reinventando el análisis político. Lamentamos desde ya nuestra inexperiencia política y, tal vez, nuestro voluntarismo intelectual; serán el conjunto de organizaciones y militantes los que corroborarán algun aspecto que planteamos si así correspondiese o desecharán lo que no venga al caso.

2. Perspectiva Teórica: ¿Qué armas hemos olvidado los revolucionarios?

    2.1. Contradicción Capital/Trabajo

Es ilustrativo que en el análisis de 17 páginas que nos plantea el compañero González se le dedique un solo párrafo, y de manera tangencial, al problema del proceso productivo del neoliberalismo en Chile. Lamentablemente, creemos que este no es un hecho casual del documento o del autor; por el contrario esto da cuenta de una manera de enfocar la política que deja de lado lo más vivo y radical de las enseñanzas de Marx: la contradicción entre el capital y el trabajo.
    Si hacemos una rápida revisión a los planteamientos de orgánicas que se reclaman revolucionarias, se repite una y otra vez el abandono de esta crítica planteando el problema a nivel del consumo y no de la producción. Un ejemplo claro de esto son los Grupos de Acción Popular (GAP) que al plantear la política por las demandas populares (dentro de las cuales, hay que reconocerlo, incluyen el trabajo) tácitamente esta poniendo sobre la mesa como primordial las exclusión en el ámbito del consumo, por mas que estos sean referidos como derechos sociales; en este sentido, no han emergido prácticas políticas que de cuentas de las razones de esta opresión. Así mismo, el llamado de “No al a exclusión”realizado por el Partido Comunista de Chile (PCCh) puede entenderse en la misma línea al centralizar esta “exclusión” en la representación propia en el sistema político. Tal como el ejemplo anterior se centraba en el ámbito del consumo, esta política recae en el error de hacer del estado y sus asuntos una figura hipostasiada del sistema económico. Sin duda, este aspecto de la formación social concreta en la que vivimos es también importante de criticar; sin embargo, esta crítica tiene que ir de la mano con una crítica a explotación que el PCCh no ha llevado ha desarrollado en el mismo grado. Evidentemente, entendemos que ambos ejemplos no dan cuenta de “maldad” o “traición a la clase”, como se acostumbra afirmar en las críticas que normalmente se despliegan entre diferentes orgánicas o agrupaciones, por el contrario, entendemos que está en estrecha relación con la insipiencia de la constitución en clase de las diferentes capas del pueblo.
    Lo central de este planteamiento es el olvido de la crítica al sistema de la producción por parte de la izquierda revolucionaria, el esfuerzo en las diferentes movilizaciones populares entorno a sus derechos sociales son validas y necesarias; sin embargo, la única forma de convertirnos en una alternativa real al capitalismo es lograr recuperar la crítica al sistema de producción y no a la versión de estado actual, esto es el reemplazo del “estado de compromiso” por el “estado neoliberal”. Este es aún más peligroso en la medida que la inclusión social debería tender a profundizarse en la medida que el modelo mantenga la buena salud que presenta hasta ahora; seguir insistiendo en la contradicción exclusión/inclusión nos corta las alas antes de tomar impulso.
    Entendemos que el desligarnos del análisis productivo para centrarnos en términos de consumo, desvía un estudio completo de la situación actual del capitalismo Chileno y se cae sin querer (ese querer dado por puro capricho) en políticas que niegan el cuestionamiento de fondo de la mísera realidad que vive la humanidad. Es cierto que el método ocupado por Marx para analizar esto se desenvuelve en un complejo dialéctico que toma como momentos del proceso económico la producción, el consumo, la distribución y el cambio, en donde por ejemplo se plantea que la producción es inmediatamente consumo, doble consumo, subjetivo y objetivo: el individuo que al producir desarrolla sus capacidades, las gasta también, las consume en el acto de la producción, exactamente como la reproducción natural es un consumo de fuerzas vitales[2]. Claro esta que no es mero movimiento circular y que la producción es la base desde donde se sitúa el proceso económico siendo el objeto del consumo, el modo de consumo y el impulso al consumo, pero del mismo modo el consumo produce la disposición a producir, disposición para el capitalista, la base para concretar el proceso de valorización.
    El análisis revolucionario no puede dejar de lado las perspectivas base donde se desenvuelve la vida del ser humano, en términos de ser social práctico. Y es así como nos sirve de una manera extraordinaria el análisis que hace Marx en los Grundrisse: “Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de los individuos socialmente determinada; este es naturalmente el punto de partida”[3]. No debemos entender esto en el sentido determinista y economicista que nos presentan ciertos teóricos Marxistas y de donde se agarran los poco contundentes análisis de los críticos de esta teoría.
    El proceso de trabajo entre los seres humanos no sólo es una relación técnica genérica. No se define únicamente por la relación entre el sujeto trabajador y su instrumento respecto de un objeto a transformar, sino también -y sobre todo- por una específica relación entre los hombres; se lleva a cabo siempre en el contexto de una determinada organización social específica. Es la organización social del trabajo la que define el modo de producción o forma de producir. Dicho de modo más preciso: la relación entre cada trabajador y su herramienta está condicionada por una relación social.
    A la vez el situarnos de manera univoca en el consumo para producir nuestro análisis teórico y desde aquí nuestros lineamientos políticos, dificulta poder tener una verdadera perspectiva revolucionaria, por ejemplo el análisis de las crisis económicas en el capitalismo situado desde perspectiva “consumista” termina en un callejón sin salida en un cierto reformismo. Un claro ejemplo de esto es lo que plantea la tan conocidísima Marta Harnecker: “El capitalismo tiende a producir cada vez más bienes, pero para sobrevivir debe pagar bajos salarios. Y estos bajos salarios crean una demanda limitada de productos. Ésta es una contradicción que no tiene salida dentro del marco capitalista., y tiende a provocar crisis periódicas de sobreproducción (…) Y ¿qué repercusión tiene esto sobre los trabajadores? Se produce el paro forzoso, el hambre, la miseria. Y todo ello no porque escaseen las mercancías, sino precisamente porque se han producido en exceso, sin planificación (…)[4]”
    Estas teorías ponen el acento en el egoísmo compulsivo del capitalista y principalmente en la superproducción en directa relación con el consumo (hay productos de sobra y una demanda que no puede satisfacer la oferta), pero desligándolo de la producción.
    Si fuera por basarse en la buna o mala volunta del capitalista, seria suficiente conjugar la propiedad privada y cierto modo de planificación, es decir controlar saliros, en términos de subirlos constantemente, pero este argumento se cae al plantear que las crisis económicas se producen en los momentos de mayores salarios.
    Por ultimo la superproducción esta determinada por lo elementos del capital productivo (constante y variable) en relación al proceso de distribución y consumo y no solamente a las mercancías de consumo final. La cuestión es más o menos así: la superproducción de mercancías no significa otra cosa que la superproducción de capital y la superproducción de capital significa siempre la superproducción de medios de producción y medios de subsistencia, empleados para la explotación del trabajo. Vemos como nuevamente se pone en el tapete la contradicción capital/trabajo, en este caso como fundamento de las contradicciones objetivas del capitalismo.

    De esto subyace la necesidad de una reconceptualización autóctona, actual, radical y revolucionaria de la relación entre el trabajo y el capital que de cuenta de las condiciones realmente existentes de la acumulación capitalista en Chile. Para esto creo que El Capital debería sernos de gran ayuda, siempre y cuando sepamos quitarnos el sesgo euro-céntrico y obrerista con que se le ha acostumbrado leer. Sin duda es prematuro adelantar respuestas en este sentido pero como militantes tenemos que ser capaces de dar respuestas a hechos diversos tales como las movilizaciones de los empleados del retail, el crecimiento del sector servicio, nuevas condiciones en el campesinado, la extensión de la matrícula de la educación superior, de la heterogenización del campo popular y de un largo etcétera. Estas preguntas nos llevan a preguntarnos por cual es el sentido de hablar de clase.

    2.2. Pueblo y clase; pobreza y estrato.

De la mano del olvido del proceso de producción va el hecho de olvidar lo que se entiende por clase; si por clase se entiende las condiciones objetivas en que se desarrolla la vida de un individuo se podría entrever algún sentido a las expresiones como “el endeudamiento posee una dimensión de clase”[5]. Sin embargo utilizar el termino de clase como sinónimo de pueblo y como expresión de un mayoría amorfa que tiene que vender su fuerza de trabajo no sólo es tan solo una expresión voluntarista en la medida que no existen indicios que las mayorías explotadas se estén constituyendo en un actor social, si no que además nos hace olvidar otra poderosa arma que hemos heredado, a saber, el análisis de clases y la categoría de pueblo.
    Pasa por entender una conceptualización de clase que se renueva al alero de nuevas circunstancias, que si bien es cierto se nos muestran de manera aparente, no podemos dejar de lado el concepto de clase y diluirlo conceptos un tanto complejos de comprender como el de “multitud” que de manera burlesca critican ciertos compañeros al cual oponen la categoría pueblo que conceptualizada desde su forma viene a ser lo mismo, solamente diferenciada por grados de capacidad de consumo (multitud como una concepto entendido en términos donde se diluye la clase pero elementos que son capaces de homogeneizarse a través de, por ejemplo, la capacidad de consumo y pueblo como categoría de pobre, en términos de homogeneizarse en la poca capacidad de consumo, es decir, lo mismo pero en distintos grados)
    Asociar clase a nociones especificas como capacidad de consumo (que es lo que hacemos al hablar de pobreza) o generales como vender nuestra fuerza de trabajo (que es lo que se hace al hablar de clase trabajadora sin detenerse en su composición) es una sutil manera de hacer dos concesiones al enemigo: i) por que al referirnos al nivel de consumo estamos asociando nuestra práctica a la noción de estrato y no estamos evaluando la potencialidad de construir actores sociales que son los únicos que pueden incidir en la sociedad[6] y ii) validamos la idea de que existe un gran homogeneidad en la población lo que, en realidad no es tal por el mismo hecho que la gente se diferencia hoy día por su nivel de consumo y no por su “clase teórica”.
    De esto se desprende dos consecuencias: i) es necesario lograr conectar ambas esferas a la hora de tener una visión de que campo popular estamos hablando y que actores lo habitan y ii) se necesita avanzaren la conciencia de los diferentes estratos y de las diferentes “clases teóricas” en la medida de mostrar que consumo y producción son las dos caras de una misma moneda: el sistema de explotación capitalista.
    Sólo Una vez hechas ambas cosas, tanto el análisis de las condiciones de clase en la estructura económica como el recuento de las experiencias de lucha y construcción en las diferentes esferas del proceso productivo y de la sociedad en general, podremos hablar de clases que serán políticamente viables. Como nos recuerda Bourdieu, “las clases pueden asentir a una forma definitiva de existencia sólo al coste de un trabajo específico, del cual la producción específicamente teórica de una representación de las divisiones es un elemento decisivo y [...] que es tanto mas posible que esa labor política tenga éxito cuanto mejor”armada” se encuentre con un teoría bien fundada en la realidad”[7].
    En este trabajo político la categoría de pueblo puede ser de gran ayuda a la hora de hacer confluir los grupos sociales progresistas, aunque sobre este aserto sólo el futuro de lucha podrá darnos una respuesta. Recuperar la categoría de pueblo como herramienta política significa dotarla de un contenido de clase específico (ej: alianza obrero–campesina) y dejar de utilizar de manera ambigua para referirse al conjunto de los pobres de manera no peyorativa. Pobres y pueblo no pueden ser sinónimos si no que acuesta del potencial de ambos conceptos como aglutinador de clase. Y es de esa manera en que podemos superar la limitante noción economicista del capitalismo, sus contradicciones y el proceso político que tienda a superarlo, es decir aglutinar no solo el concepto de explotación y entender que la dominación y la opresión dependen de la esfera productiva, pero que a la vez tiende a tomar cierta independencia. Es asi como logramos un paso táctico-teórico para analizar de mejor manera las contradicciones totales del capitalismo y no solamente el vanguardismo obrerista que tiende a a glutinar detrás suyos a los oprimidos y no como alianza política Horizontal (debate que sostuvieron Lenin y Trostky al alero del proceso Ruso: Lenin plantea la alianza obrero campesina y Trostky la subordinación del campesinado al obrero, mucho más débil en términos cuantitativos) Plantear como base la conciencia de pobre es, una vez más, fijar la mirada en el resultado de la producción, en ese fantasma fetichizante que es este “inmenso arsenal de mercancías”, del cual sin duda debemos partir para nuestro análisis, pero difícilmente puede ser nuestro punto de llegada.

    2.3. Capitalismo y Territorio

¿Imperialismo o Imperio? ¿Territorio o Capitalismo? ¿Tomar el poder o tomar el municipio? Estas son algunas de las interrogantes que plantea el autonomismo como corriente teórica que tiene en Negri y Holloway alguno de sus más conocidos exponentes. Parece ser en esta línea argumental que el compañero nos plantea que debido a la deslocalización del trabajo industrial hoy día debemos centrarnos en los territorios para poder levantar organización en el pueblo.
    Lamentablemente este planteamiento sufre de al menos dos errores (Errores que le hacen un franco favor a los poderosos) El primero, resulta de la insustancialidad teórica de este concepto. En la literatura que producen las diferentes organizaciones que se declaran revolucionarias se ocupa “territorio” para designar poblaciones, liceos, lugares de trabajo y universidades. En concordancia con lo planteado por González, lo que asemeja a estos lugares es la cotidianidad de los mismos para quien los habitan; no obstante, esto que puede parecer como un aliciente para la organización popular, olvida cual es el campo de la luchas de clases: el campo del poder. Frente al poder hay al menos, esquemáticamente, dos aproximaciones: i) la estructuralista que pone en el centro la estructura económica, único lugar donde habrían relaciones de poder y ii) la posmoderna que describe un poder ubicuo donde las fuerzas libertarias se constituyen en la multitud de subjetividades.
    Sin adoptar la primera posición, creemos necesario puntualizar la debilidad de la segunda acepción y dar cuenta por que se relaciona con la preeminencia del concepto territorio. Entender que la lucha política debe territorializarse es entender que el poder se encuentra en todas partes y por ende en cada “territorio” podemos luchar por él, avanzado hacia “liberar cada territorio”; no obstante, lamentablemente creemos que el capitalismo funciona a través de sus clases y no de sus territorios, por más que sea de suyo evidente que estas clases habitan un territorio tal cual habitan una nación. Nos bastaría con tener poblaciones tomadas y autogestionadas (que es una ilusión) o tener territorios liberados como en Chiapas, que contribuye solo en términos propagandísticos, pero no verdaderamente políticos y revolucionarios ¿Qué implica esto? Que si bien tanto la lucha territorial (aunque seguimos creyendo que hablar de territorio necesita una definición precisa y no solamente de “sentido común”[8]) como, para tomar otro ejemplo, la lucha nacional pueden ser, y han sido, herramientas de suma importancia a la hora de construir pueblo libertario (más bien en términos logísticos), no pueden ser las contradicciones que se tomen a la base de construir el proyecto del mismo. Negar la incipiente acumulación territorial por parte de la izquierda sería obtuso; de ahí a plantear que es el eje de construcción hay un gran paso. Un gran paso que, creemos, se da en el vacío.
    Y es dentro de este primer punto que podemos ver que el proceso de territorio, si no es entendido en términos logísticos, tiende a escapar al proceso de lucha de clases en constante desarrollo, entendiendo que el territorio puede tener sus propios tiempos de desarrollo a parte de las circunstancias que nos presente el conflicto de clase. La acumulación política dado solamente por la construcción de un contrapoder (término muy utilizado por Negri), concebible con la posibilidad de relacionarse con la estructura económica y política del capitalismo sin ningún problema, lo que tiende a diluir la disputa política del estado a la forma de la democracia burguesa, cayendo en el clásico planteamiento de la socialdemocracia. Y de l oque se trata es transformar este poder constituyente en proyecto hegemónico que implica la lucha por la revolución política (entender la lucha sin dejar de lado el Estado)
El segundo error resulta ser mucho más grave. Mientras el primero es plausible catalogarlo más de unilateralidad que de error, el segundo da cuenta de una inconsistencia en la coherencia de lo planteado que recoge lo peor del derrotismo, seguramente sin saberlo, que acompañó la “renovación” de la izquierda chilena. En unos pocos párrafos el compañero presenta el siguiente esquema causal.



    Me parece que, por lo menos, no es sencillo plantear la relación que nos indica la flecha roja, no obstante ser la más importante del razonamiento. ¿Por qué en esta fase del capitalismo ya no nos es útil el consejo de Marx? que nos invita a “abandonar esta ruidosa escena, situada en la superficie y a la vista de todos, para trasladarnos, siguiéndolos pasos del poseedor de del dinero y del poseedor de la fuerza de trabajo, al taller oculto de la producción, en cuya puerta hay un cartel que dice: “No admittance except on business.” Aquí, en este taller, veremos no sólo como el capital produce, sino también cómo se produce él mismo, el capital. Y se nos revelará definitivamente el secreto de la producción de la plusvalía.[9]” Es sintomático de la crisis de incidencia de la izquierda chilena que frente a los problemas que plantea la ofensiva patronal y el compañero plantee que sencillamente tenemos que abocarnos entonces a los problemas territoriales. Esta política que ha dado pie a las más pintorescas verborreas revolucionarias no es más que, en el fondo, una camaleónica forma de reformismo. Y resulta complejo como se pasa del territorio donde se dan las luchas aparentes en términos de cotidianidad al cuestionamiento estructural y la respuesta no puede ser que en el camino vamos acomodando la carga, porque seria un argumento muy básico que implica el poco análisis de la izquierda que venimos dejando claro en este texto.
    A riesgo de ser majaderos queremos insistir en el hecho que el problema no se encuentra en fortalecer la organización territorial, y las JAP son una buena muestra del enorme potencial que en ellos existe[10], pero esta voluntad no puede ir en desmedro de crítica al capitalismo como sistema de producción y a las características propias del mismo en Chile.

    2.4. ¿Qué pueblo podemos construir en Chile?

De manera a no caer en contradicción con lo que planteábamos mas arriba, frente a esta interrogante plantearemos sólo algunos puntos que creemos importantes a la hora de emprender esta tarea de construcción; es insoslayable de destacar que lo aquí planteado, mientras no se presente un correlato en la realidad, son solamente voluntades políticas y, en ningún caso, pueden elevarse ala pretensión de verdad científica o semejante.


    2.4.1. La primera necesidad que emerge es la de que este pueblo se constituya de actores sociales y no de individualidades o grupos de personas. En este sentido urge que cada organización con vocación revolucionaria pueda identificar en que sector de la sociedad se encuentra inmerso y así evaluar una política de acuerdo con la realidad de ese sector. La vocación popular, en tiempos en que el pueblo no está constituido (entendiendo esta constitución como pueblo político, clase para sí, y pueblo social, clase en sí) y en que el paradigma del capitalismo ya no produce sectores sociales homogéneos en nivel de consumo, debe ser tener un correlato con los sectores de trabajadores realmente existentes.

    2.4.2. En parte por la heterogeneidad del campo popular contemporáneo y en parte por las mutaciones del capitalismo, este pueblo puede construirse en la medida que se adopten formas organizativas más democráticas y menos leninista en el sentido clásico[11], al menos en lo que se refiere la organización de los propios actores sociales. En este sentido, la figura del movimiento social aporta un anclaje en la diversidad que puede servir de cimientos para la construcción del programa; es importante entender hoy día el aspecto más olvidado del centralismo democrático que es el de la influencia de las masas en la vanguardia. Más allá de si sea necesario o no una vanguardia, lo que queda claro es que el nuevo proyecto de superación histórica del capitalismo no puede construirse a la base de discusiones de intelectuales si no que tiene que tener un asidero en los sectores del pueblo organizados a nivel social.

    2.4.3. En gran medida por lo expresado en el punto anterior, creemos que el rol de la organización política contemporánea está en servir de retaguardia al pueblo movilizado. ¿Que significa esto? Que en un momento donde no parecen estarse dando batallas definitivas, lo más importante es la supervivencia del ejército. Lo necesario hoy día, por el bajo nivel de conflictividad social, aunque esto último siempre relativo, no es “ir más allá” si no que “más ir allá”. Se necesita más pueblo organizado y no necesariamente que el que hay se radicalice de espalda al resto. Por esto podemos pensar que es imperioso contar con herramientas que nos permitan prever los movimientos de la patronal y así darle mayor seguridad a las organizaciones levantadas; en este sentido un mirada económica que de cuenta de las contra-tendencias a la ley decreciente de la tasa de ganancia así como de las posibilidades de un crisis del modelo de acumulación son herramientas necesarias para poder adelantarnos a la patronal y a las coyunturas.

    2.4.4. Finalmente, el pueblo que pueda constituirse será eminentemente democrático por lo que el verticalismo de las “organizaciones revolucionarias” tendrá que ser puesto a prueba y revisado en su utilidad. Pensamos esto por que la única manera de constituir un pueblo poderoso es que este se dote de proyecto y programa útiles y coherentes los que, no existiendo a la hora actual, tendrán que ser construidos por el mundo social. Esto implica que la idea de sumar gente para cierto proyecto debe ser cambiada por la de sumarse a construir el proyecto; la conducción que podrán aportar los cuadros revolucionarios no podrá ser otra que la de la sed de la democracia.

3. Perspectiva Política: ¿Qué Chile hemos olvidado los revolucionarios?

    3.1. Dominación: ¿Cómo y para quién se ejerce?

Al parecer esta sería la interrogante que recorrería la tercera parte de la exposición del compañero; sin embargo es esta un parte débilmente estructurada y sin ninguna coherencia entre sus parte, ejemplo de lo cual esta el punteo de III.1para hablar dl sistema político que no se corresponde con ningún consiguiente III.2.
    En este contexto, una de las tesis que se sostiene es que “podemos afirmar categóricamente, que Chile, dentro del contexto regional e incluso mundial, se instala como el “Laboratorio del Neoliberalismo”. Esto que es un tópico de la izquierda Chilena oculta lo que hay de nacional en la dominación a la que son sometidas las capas populares. Plantear la idea de que el neo-liberalismo es algo que se decide desde afuera es cerrar los ojos a las características particulares dela clase dominantes así como la participación ciudadana. Ahora bien, otra afirmación ligera es aquella que a partir de la votación en la última elección presidencial, y contabilizando sólo los votos válidamente emitidos, la adjudica una validez del “94,68 %”. Sin embargo, sobre el mismo tópico uno puede ver que el apoyo explicito a la administración neo-liberal, calculados sobre el total de persona en edad de votar, ha bajado desde un 82,1 para las elecciones de1989 hasta un 61,3 para las del 2006[12].
    Ambos errores, si bien aparentemente dispares denotan la misma falta de interés por entendedor cuales son efectivamente los mecanismos por los cuales se ejerce la dominación. Para poder plantearse políticamente es necesario hacer un revisión sobre las bases materiales del consenso imperante en Chile que permiten el actual orden social. En este sentido, es necesario concretizar el actual patrón de acumulación haciendo ver quienes son efectivamente a) los que toman las decisiones y b) quienes se están enriqueciendo. En esta interrogante creemos que se necesita evaluar si los gremios patronales (SOFOFA, CPC, etc...) siguen teniendo una ingerencia directa en los asuntos del estado, o si esta se ha desplazado hacia la tecnocracia neoliberal agrupadas en consultoras, centros de investigación, fundaciones y universidades militantes. La importancia de esto radica en evaluar la constitución en clase de los sectores dominantes; es diferente, desde el punto de vista político, luchar contra una clase burguesa en alianza con la oligarquía terrateniente agrupadas en organizaciones bien definidas, que contra un grupo de tecnócratas dispersos y provenientes muchas veces de la pequeña burguesía intelectual o profesional. En cierta medida, si sólo estuviéramos frente al segundo caso, es posible imaginar que la hegemonía, es decir las trinchera ideológicas, que hubiese que derrotar, estarían mejor defendidas pero serían menos que en el primer caso. Evidentemente, existe también la muy plausible combinación de una organización potente tanto de los sectores dominantes como de la tecnocracia neoliberal que les cumple el rol de cipayos.
    La consecuencia de esto es poder centrar la mirada sobre las forma(s) de ejercer la dominación. Los datos presentados sobre la baja de la representación de los gobernantes nos debe llevar a preguntarnos sobre la real capacidad de movilizar masas por parte de la clase dominante; en relación con esto, conviene cuestionar el derrotismo que se extiende generalizadamente por la izquierda Chilena. La cuestión es si este derrotismo tiene que ver con lo bien que le ha ido a las clases dominantes en hegemonizar al campo popular, o a lo mal que la ha ido a la izquierda en hacer lo que le corresponde. Lamentablemente, soy de la opinión que la burguesía y sus alidos han seguido actuando torpemente y no han sabido capitalizar estos 20 años (desde el fin del ciclo de protestas) de tegua efectiva, seguramente no querida, por parte de la izquierda; esto implica que los responsable del estado de debacle del campo popular no es ni la derecha ni la “concerta”, si no que nosotros mismos y nuestro autismo, vanguardismo y tradicionalismo.
    Finalmente, conviene cuestionar el hecho de que “nos encontramos en un contexto social donde grandes sectores de la población legitiman el modelo”. Lo primero que conviene constara es que en realidad esta expresión no dice nada pues los únicos momentos donde el orden vigente no es legitimado por grandes sectores es en momentos revolucionarios, dentro del cual es claro que no nos encontramos. Lo importante no es la legitimidad, sino que el por que de esto. Sería ilustrativo poder caracterizar la dominación del campo popular de mano de las tipologías de Therborn[13]: adaptación, inevitabilidad, representación, deferencia, miedo o resignación pues es esta la pregunta que permitiría un mejor actuar político. La pregunta importante es si la hegemonía es tal que moviliza sectores populares en pos de un proyecto histórico propugnado por sectores burgueses, o si por el contrario, encuentra su explicación en el miedo o en la inevitabilidad. Visto lo expuesto creemos que la respuesta se acerca a lo segundo.

    3.2. ¿Qué franja anti-neoliberal existe?

Cuando hablamos de nosotros, ¿de que hablamos? ¿Quiénes componen esta franja anti-neoliberal que, al parecer del compañero Gonzáles, estaría creciendo? La verdad es que de listado de experiencias que se presentan en el documento son pocas las que tienen un carácter eminentemente social, y de estas son pocas (estudiantes, mapuches y lo relacionado con la vivienda) las que efectivamente han tenido una transversalidad tanto temporal como espacial. En este sentido este tres problemáticas tiene que ser el piso con el que se cuento a la hora de evaluar apuestas de masificación social. Por otro lado, y lamentablemente muy disociado de estas problemáticas sociales, se encuentra el mundo político de izquierda. En efecto estos dos mundo se han conjugado en contadas ocasiones siendo las más emblemáticas las movilizaciones Anti-APEC y, hasta hace unos años, la marcha del 21 de Mayo donde confluían los grupos de izquierda y los secotres en movilización. Sin duda esta última marcha ha perdido su poder de convocatoria a los sectores movilizados pues necesaria una concienzuda revisión de su potencialidad de expresar efectivamente el descontento social. Ahora bien, pese al listado de problemáticas sociales que expone el compañero, no existe una revisión del mundo política dentro del que se inserta el planteamiento del compañero. Creo que esta ha sido también otra característica del proceso político de nuestra izquierda; al parecer, o caricaturizamos las posiciopnes de las organizaciones (“amarillo”, “ultrón”, etc...) o no hablamos de las organizaciones. En cierta medida la crítica ha dejado el espacio a la burla haciendo difícil la constitución de un campo revolucionario donde organizaciones puedan disputarse en política y no en identidad y colores. Nombrar organizaciones como GAP, MIR, MAP, SurDA etc... pareciera estar mal visto y todo se encierra en nebulosas dicotomías ( “izquierda confiada e izquierda desconfiada”, “revolucionarios y reformistas”, “izquierda tradicional y nosotros[14]” “amarrillos y rojos”). Sería interesante poder tomar posiciones frente a las diferentes políticas que se están impulsando, pero, en razón de la concordancia con una simple respuesta, nos contentaremos con dar cuenta de ciertas tipologías que, a nuestro parecer, presenta la izquierda Chilena y que distan bastante de la auto-representación y alianzas que esta ha construido. En este sentido no asumimos una escala polar del tipo “muy de izquierda y menos de izquierda”; creemos que dentro de cada una de las categorías se construye un escala de ese tipo y que, en general, es esa auto-denominación la que posibilita las alianza y no una concordancia teórica. Vale la pena agregar que como tipología es poible y lógico que las organizaciones pueda ser catalogada en mas de una categoría.

    3.2.1. Izquierda Basista:

Aquí se puede incluir una amplia gama de organizaciones insertas en diferentes procesos organizativos del pueblo que centran su trabajo en el sector o territorio en el que tienen una mayor (relativa) presencia. El adjetivo de basismo, como en general las categorías aquí presentadas, no trata ser descalificativo si no que de dar cuenta del proceso efectivo de inserción social de ciertas organizaciones. Entendemos en esta categoría a organizaciones como las Brigadas de Liberación Popular (BLP), los GAP, el Movimiento SurDa y Fuerza Social y Democrática(FSD). Queremos aquí recalcar que es evidente que las prácticas y sectores de trabajo así como la adscripción ideológica son dispares en cada una de estas organizaciones, no obstante comparten un marcado ligazón al sector donde concentra la mayor fuerza (poblacional para las primeras dos, estudiantil para la SurDA y gremial para FSD) de cuyos vaivenes dependen en gran medida la vida orgánica. Así mismo, no se presenta un proyecto transformador claro aunque ciertas experiencias de intervención si puedan serlo.

    3.2.2. Izquierda Electoral

Esta categoría es ilustrativa no de toda la Izquierda que participa en la s elecciones si no de aquella que sólo aparece para estas. El prototipo en este sentido sería el Partido Humanista (PH) que ha crecido en los procesos electorales siendo el resto de su vida orgánica de carácter mucha mas interno, a semejanzas de las sectas que le dieron nacimiento. Junto al PH puede ser catalogadas diferentes expresiones PODEMISTAS del tipo partido, en particular la Izquierda Cristiana que ahora concentra sus esfuerzo en su inserción electoral efectiva no obstante su nula visibilidad en el mundo social organizado.

    3.2.3. Izquierda Socialista

Este adjetivo es una manera de designar aquella izquierda que antepone repetidamente el proyecto a la construcción de pueblo. En general se podrían catalogar en este aserto a las múltiples organizaciones trotskistas tales como Izquierda Socialista (IS), Movimiento por el Socialismo (MPS), Movimiento por la Revolución Socialista (MRS), Clase contra Clase (CcC), Fuerza Revolucionaria-Izquierda Comunista (FR-IC) y un largo etc... Además se puede considerar al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en la medida que ha levantado castillos como el proceso de discusión interna sin que esto tenga un correlato en su intervención que sigue siendo descendiente del trabajo del PCCh y al Movimiento de Izquierda Revolucionaria que participa en el PODEMOS (MIR-Demetrio) que esquematizando el proyecto original del MIR, lo antepone a los procesos realmente existente.

    3.2.4. Izquierda Cultural

Es la izquierda que hace de la cultura popular o socialista, su base para accionar. Aunque por ser la expresión más repartida por el país, el PCCh puede contarse también en las otras categorías, entiendo que lo principal de este partido hoy día es su defensa cultural de si mismo. Aunque lentamente va abandonando el tema de los derechos humanos como única bandera de lucha, todavía no parece adecuarse a la democracia y vacila de posiciones de intransigencia y de absoluta docilidad. Entiendo que es engra parte debido a que lo que nucléa a este partido es algo cultural (el amor a al bandera) más que la expresión de sectores del pueblo específicos. Además podemos contar al MIR-DN, al Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR), etc...[15]

    3.3. Organización para la nueva Democracia

Finalmente, pero no por ello menos importante, es la necesidad de vislumbrar la creación de un nuevo estado democrático para nuestro Chile. Considero ilustrativo en este sentido retomar la experiencia organizativa que datan de la tradición leninista expresada tanto en los soviets como en los consejos de fábricas. En este sentido, lo que interesa organizar, más que la milicia, son los mecanismo efectivos de una democracia no representativa y basada en el proceso de producción de riquezas. Es importante lograr ir más la de la lucha en el sentido confrontacional y avanzar también en la construcción de pueblo. La única manera de entrar en la historia es constituirse como un actor social de peso en la política y, en contra de lo que propugna las diferentes corrientes basistas, eso no se da ni el territorio local ni nace espontáneamente. Experiencias como el Parlamento Social[16], aunque vacías de contenido político y representación social, dan cuenta de un vacío que debemos llenar.

    4. Últimas Consideraciones

Esto que intentó ser una crítica a ciertos (o varios) aspectos puntuales que me parecían errados y peligrosos en el documento del compañero Gonzales, terminó expresando ideas que son mías y que muchas veces no guardan relación con la exposición del compañero. Así mismo, en variadas ocasiones profundicé poco sobre lo que el compañero dijo y preferí dar paso a mi concepción de la política. Espero que, pese a esto, queden expuestas con claridad las críticas ya que muchas de estas radican solamente en ciertas perspectivas por lo que de no ser expuestas con claridad no aparece la diferencia entre ambos planteamientos.
    Un segundo, y último, punto que me gustaría aclarar, es que en varios momentos de la exposición doy cuenta de ciertos desafíos teóricos-investigativos para aprehender la actual etapa del capitalismo Chileno; estos puntos los considero como necesarios a ser resueltos por la Izquierda ya sea con la conformación de colectivos, centros de estudios o directamente por las organizaciones políticas para servir de trasfondo a las discusiones políticas. No obstante, considero que más peligroso que el desconocimiento, es la unilateralidad de mucho de los planteamientos, tanto del compañero como de la Izquierda en general. La radicalidad no radica en lo fuerte que gritas si no que en poder desenmascarar el fetiche de la dominación.

Notas

1 Colectivo Ara. Nacido a mediados del año 2005 producto de la conjunción de los esfuerzos de un neonato Colectivo Yapuq y las cenizas del Colectivo Ekin. Tiene presencia en la Universidad de Chile en las carreras de Antropología, Arquitectura, Geografía, Geología, Literatura y Sociología. Contacto en: http://estamosluchando.blogspot.com y colectivo.ara@gmail.com .

2 MARX, KARL. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858 (Grundrisse), pág. 10, capitulo introductorio: producción, consumo, distribución, cambio (circulación). CHILE: EDITORIAL UNIVERSITARIA

3 MARX, KARL. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858 (Grundrisse), pág.3 CHILE: EDITORIAL UNIVERSITARIA

4 Citado en: Las crisis capitalista. www.nodo50.org/gpm

5 Es poco feliz está expresión por que si tuviéramos que relacionar el endeudamiento con alguna clase esta debería ser la burguesía industrial que se endeuda con la burguesía financiera para realizarse como clase. Por otro lado asociar endeudamiento a neoliberalismo puesto que ya Marx mostraba como este funcionaba como un método de dominación para los obreros de forma a obligarlos a consumir pan mezclado con alumbre, jabón, ceniza, cal, arena “y otros ingredientes igualmente sanos, agradables y nutritivos”.

6 Al menos si se mantiene la idea de que es la lucha de clases, y no los personajes, la que mueve a la historia.

7 Bourdieu, P. Poder, Derecho y Clases Sociales. Pp. 113-114. De especial interés es el Capitulo III ¿Cómo se hace una clase social?

8 i.e: ¿Es una fabrica deslocalizada un territorio? ¿Es la Universidad de Chile, con 14 campus, un territorio?

9 Marx. K. El Capital. p. 128. Todos los subrayados son de Marx. Siguiendo un esquema de razonamiento parecido al de González, uno podría haber planteado que con el advenimiento del capitalismo, que necesita de trabajadores libres, se acaba la posibilidad de organizar a los obreros pues la libertad los haría individualistas y por lo tanto sólo se podía “luchar por las demandas individuales”.

10 En este sentido me parece sensato reducir el concepto de territorio a las llamadas “poblaciones” en el sentido que designen barrios de residencia del pueblo donde los lazos comunitarios den pie a la construcción de una identidad territorial.

11 Sin embargo, es posible que se necesita revisar la noción de leninismo que hemos heredado de este entra mucha veces en contradicción con el interés y defensa que Lenin hizo de la democracia en repetidas ocasiones.

12 Undécimo informe de coyuntura, periodo Enero-Abril 2006. TACEP. Disponible en www.cctt.cl .

13 Citado en Thwaites, M. La noción gramsciana de hegemonía en el convulsionado fin de siglo. http://www.geocities.com/catedragramsci/textos/S_La_nocion_gramsciana_de_hegemonia.htm Fecha de consulta: 25 de agosto de 2006.

14 Cualquiera sea este nosotros.

15 Para intentar no caer en la unilateralidad de poblar de críticas al vecino y hacer vista gorda de lo propio convendría catalogar también a nuestra organización. En este sentido, el basismo aparece como la característica evidente del Colectivo Ara, en gran medida por su juventud y por el hecho que responde a la necesidad de intervención en un sector específico (la Universidad de Chile) y en ese sentido es una organización de índole más social que política. Convendría agregar la característica de cultural en la medida que le ha sido difícil irse desplazando de una posición de defensa ideológica hacia una concreta vinculación con el sector en cuestión. En este sentido repetimos que la categorización es menos valorativa que simplemente una manera de dar cuenta de falencias transversales al campo popular.

16 Este fue un intento por reunir diferentes organizaciones gremiales y políticas en el marco de dotar de una expresión de articulación al mundo social. Sin embargo, la mano del PCCh era evidente y marcaba el techo de la misma iniciativa.